Cuando nos enteramos
Agosto 2013
Para algunos fue a través de una llamada telefónica, otros revisaron su correo y encontraron la invitación, unos más recibieron mensajes de texto o Facebook; a mí me lo dijo mi amiga Maria Nicté, la fan de Guatemala.
De lo que estoy segura, es que la emoción provocó que esa noche todos nosotros, sin excepción, diéramos unas cuantas vueltas en nuestra cama y contagiados de un insomnio inexplicable pensáramos en que tal vez podría ser cierto.
Yo estaba en un Sanborn´s. Era un miércoles como a las 7:30 de la noche, justo la hora en que el restaurante se llena y el murmullo de las pláticas inunda el espacio. María me hablaba de una Primera Fila, ese evento que yo describía como íntimo, pero todo cambió cuando dijo que se trataba de la Primera Fila de Alejandra Guzmán.
Algo sentí, quizá un latido un poco más fuerte o un recorrer vertiginoso de nervios sobre mis piernas y brazos y entonces, nada se vio igual: Una Primera Fila de Alejandra Guzmán. Una Primera Fila de Alejandra Guzmán, lo repetí tan en silencio y tan despacio que únicamente yo lo escuché.
No pude pensar tan rápido como hubiera querido, la emoción a veces ahoga a la razón, pero mi respuesta fue “sí, sí puedo ir”. En un principio dijeron que sería el 8 de agosto y que había un boleto para mí. Creo que no es necesario decir que dejé de interesarme en el momento presente que vivía; mi corazón y mi mente no podía abandonar la fecha: 8 de agosto.
Los días siguientes fueron muy parecidos. No había mucho que hacer: un sólo pensamiento se albergaba tan hondamente dentro de mi cabeza que no tuve espacio cerebral para nada más. Quería confirmar que era cierto, que yo podía ir a la grabación de un disco de Alejandra Guzmán.
Las horas pasaban y todo era hermetismo, aunque algo raro sucedía. Fui testigo de cómo mi teléfono empezaba a sonar un poco más que de costumbre y aquellos amigos míos, fanáticos igual que yo, a los que por la distancia y el trabajo a veces injustamente he abandonado, empezaron a aparecer poco a poco, uno a uno, contagiados de la misma emoción y de la misma incertidumbre que yo. Juntos, desde los distintos puntos de la república mexicana y junto con los de Guatemala, empezamos a planear nuestra aventura.
Dos días después, Katty, de objetivolaguzman, me marcó y me confirmó el evento con una nueva y excelente noticia: La grabación sería en dos días. Y todo empezaba a tener sentido.
Casi puedo ver a mis amigos fanáticos nerviosos, frenéticos, pensando en todo, consiguiendo el permiso en el trabajo para algunos, la justificación para faltar a la escuela en otros, el préstamo en unos más, buscar hoteles, boletos de avión, camión, ubicar el lugar y esperar, esperar el día en que. al fin, después de más de un año, la volviéramos a ver.
Yo tengo que decir que soy pesimista y que tengo la horrible costumbre de esperar lo peor. Pero no podía, ni quería, ni pensaba en dejar ir esta promesa de verla. En ocasiones me ponía nerviosa, en otras; pensativa, unas más; me latía el corazón de forma extraña. Durante las noches me invadió el desvelo; hacía cuentas, cuentas de cuánto debía pagar entre hotel, comida y transporte y unas cuentas que dolían más, las cuentas de días que hice desde la última vez que la vi. Me atormentó llegar al número 577. Era demasiado, 577 días con sus noches desde el último concierto de La Guzmán en mi ciudad. Después, ella estuvo un poco delicada de salud, yo supe de todas sus operaciones y pensé en el dolor, la desesperación, la angustia que debió sentir mientras estuvo en un hospital. Confieso que la imaginé de bata blanca, sin maquillaje, con suero, descalza, sin cantar… y algo por dentro me dolió.
Sé que es absurdo, yo misma lo sé, lo sé, pero la quiero, la quiero mucho y esa preocupación que invadía mi cabeza mientras estuvo enferma cambiaba por la esperanza de volverla a ver.
Sobra decir que no pude concentrarme en casi nada. Había buscado hotel, uno cercano y preparé, mentalmente preparé mi recorrido. Día a día lo hice. Estudios Churubusco, calle atletas, sur de la ciudad, Primera Fila, invitaciones, objetivolaguzman, playeras y Alejandra, eternamente Alejandra Guzmán.