Decían que la publicidad era “ecléctica”, pero el evento superó cualquier expectativa; los opuestos dejaron de ser diferencia y la música fue el principal pretexto para vivir para contagiar emoción.
En medio de una combinación de estilos, creencias y doctrinas, Alejandra Guzmán fue una de las invitadas al Machaca Fest.
En un impresionante escenario en el parque Fundidora de Monterrey, la noche del sábado de junio de 2019 inició el gran evento. Gwen Stefani, Jaguares, Zoe y por supuesto, la “Eternamente Bella” fueron algunos de los artistas que se enfrentaron ante los más de 10,000 asistentes que, aguerridos, necesitaban música de verdad.
El Machaca Fest se convirtió en un lugar que dejó de esperar talento para exigirlo. El público prácticamente obligó a sus artistas a dejar el alma y el cuerpo en un escenario. “Matar o morir” era la consigna y en un espectáculo simultáneo, la noche del 22 de junio La Guzmán haría frente a una batalla más.
Estaba anunciado. A las 19:50 hrs en el escenario “Nauta”, La Guzmán cara a cara frente miles de espectadores arriesgaría el alma. Era una lucha de voces, un verdadero espectáculo de dominio, estrategia y fuerza: “Espectador vs Artista” comenzaron la batalla.
“Cinco, cuatro, tres, dos…” se escuchó en el segundo escenario del Machaca Fest y era ella, ahí viene, Alejandra, “Reina de Corazones”, “Eternamente Bella”, “Diva”, ¿de qué estás hecha, mujer?, “Monstruo”, canta, Alejandra, canta y vuelve a dejarnos sin aliento…
Era la voz de desafiante de La Guzmán. Las pantallas se iluminaron y ella apareció. No fue obra de la casualidad ni ímpetu del momento; la respuesta de la gente nos sigue erizando la piel. No hubo tiempo de enfrentamientos, bastó “Un grito en la noche” y ella reveló una vez más por qué, 30 años después, en Monterrey se respira pasión por La Guzmán.
Uno de los momentos más inesperados fue escuchar a la “Reina de Corazones” cantar, por primera vez “No voy en tren voy en avión”, una de las canciones más emblemáticas de Charly García y que pronto podremos escuchar en su nuevo disco “Live at the Roxy”.
Durante una hora, bajó un cielo que poco a poco dejaba de ser azul y un sol que al ocultarse dejaba rastros de luz roja mezclados con las nubes de la noche Alejandra cantó y bailó como solo ella sabe, como solo ella puede hacerlo y desde su aparición hasta la despedida, el público demostró que sabe amar a una Alejandra Guzmán que es símbolo de provocación, maestría y genio.
La “Eternamente Bella” se despidió mientras alzaba lo brazos y aún no sé si como buscando abrazar al cielo o en señal de quien se siente amada y arropada por sus fans, por su público y por el mismo universo.