La Guzmán Textual

Alejandra Guzmán ante el bulliyng o el olvido de la alteridad

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Octubre 2018

Al término se le conoce como “alteridad” y tiene, me parece, una de las definiciones más hermosas en el diccionario: Condición de ser otro.  La palabra existe, pero tal vez nos suena tan desconocida que no tan solo está fuera de nuestro vocabulario, sino también de nuestro corazón.

Pensar en la alteridad requiere un verdadero compromiso con los demás; implica salir del ensimismamiento para intentar ver el mundo a través de otros ojos, exige cambiar el egoísmo por amor, la indiferencia por empatía, nuestro propio sentir, por el sentir de otros.

Nos tocó nacer en una época vertiginosa llena de sistemas, claves y nuevas ideologías. Hoy ninguno de nosotros duda de Internet, del poder de las redes sociales y la rapidez con que llega la información. Ya no es necesario comprar un periódico o esperar el programa televisivo de noticias; todo está al alcance de un clic en nuestro celular.

¡El avance tecnológico nos cambió, y vaya que lo hizo! La comunicación revolucionó de tal manera que olvidaron educarnos y sobre todo “sensibilizarnos” del nuevo poder que tendrían nuestras opiniones sobre incluso, la salud emocional de otros. Palabras como “tolerancia” y “respeto” han sido sustituidas por “discriminación” y “bullying”.

Escondidos en el anonimato que tanto caracteriza a las redes sociales, hemos sido capaces de juzgar, enjuiciar, agredir. Optamos por una violencia verbal y gráfica cada vez mayor, una violencia que destruye y en la que -en la mayoría de los casos- ni siquiera somos conscientes. Lejos, muy lejos de la grandeza tecnológica ha quedado nuestra calidad humana.

El bullying no es un juego; lo sufren artistas, deportistas, empresarios, niños; y todo indica que, ante este deleite por causar el mayor daño y dolor posible, no hay límite. Entiendo que no es el único caso, pero hoy queremos referirnos a todo lo que implica leer comentarios denigrantes en contra de nuestra artista.

Nos cuesta mucho trabajo entender a todas esas personas que invaden las redes sociales de Alejandra Guzmán con mensajes ofensivos e hirientes. Durante estos últimos años, los fans de Alejandra Guzmán sabemos que el Cyber Bullying existe. En más de una ocasión, nuestra artista y nosotros mismos hemos sido afectados por él. Conocemos el coraje y la tristeza que provocan los comentarios que con toda intención buscan lastimarnos, y ¿saben qué? ¡lo han conseguido! Nos han lastimado; y no dudo que también la han lastimado a ella.

Nosotros no somos ciegos ni locos y tampoco carecemos de razón, ¡Basta de señalarnos! Los fans de Alejandra Guzmán, más que ningún detractor, sabemos lo que nuestra estrella ha vivido y hoy, sin ofensas ni agresiones, queremos expresar por qué amamos tanto a La Guzmán.

Para nadie –y menos para nosotros– es un secreto que Alejandra ha tenido que enfrentarse en repetidas ocasiones a diversos problemas de salud. No buscamos ser jueces de nadie y tampoco nos interesan las causas de esta situación. A nosotros nos preocupa ella y fue, justamente en esta etapa de vida, que nuestra admiración dejó de considerarla como un fenómeno escénico para comprender que ella es un verdadero ejemplo de vida.

En Instagram, Twitter y Facebook abundan los comentarios mal intencionados que buscan lastimar, sí, lastimar a La Guzmán y de paso a sus fans. Todavía no entiendo cómo alguien puede escribir con tanto odio y resentimiento hacia una Alejandra que lo único que ha hecho es luchar contra la enfermedad, el tiempo y la enfurecida crítica. La gente olvida o ignora que esta mujer en varias ocasiones ha terminado sus giras en medio del dolor y las lágrimas, que Alejandra Guzmán con una cadera de titanio, baila y canta como tal vez ninguno de nosotros podría hacerlo, que ha sido intervenida quirúrgicamente en más de 20 ocasiones y hoy está de pie.

Insultar siempre será un acto de cobardía, por eso pedimos que la próxima vez que alguien tenga el deseo de ofender detrás de una computadora, piense que ese otro al que insultará por más figura pública que sea, es un ser humano que vive, que sueña, que teme, que siente:  es nuestra “alteridad”.

Ahora sé que no quiero volver a contestar ningún comentario mal intencionado de nadie; ni siquiera a los que han ofendido a mi artista. Estoy convencida que aquellos que escriben de modo tan ofensivo hacia otra persona, no solo han perdido la razón, también el corazón y eso sí debe ser un infierno.

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